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Ya os lo he comentado alguna vez, me encanta hacer planes con mis hijos en casa, siempre he sido muy casera, me encanta disfrutar del espacio dentro de mi hogar. Y sobre todo los fines de semana que estamos en casa los cinco o durante las vacaciones como Navidad, da gusto meterse todos juntos bajo la manta y poner una película chula o jugar una partida de Play.
Nuestro Día Especial en Familia
Uno de mis planes preferidos en familia, y que a ellos les encanta, es lo que llaman desde que eran pequeños: el “día de picnic”; que no es más que hacer cena de picoteo en el centro del salón, pero para los tres es algo súper especial, y la verdad es que para nosotros también.
Para este tipo de días solemos hacer cenas que no nos supongan mucho tiempo en la cocina ni excesiva elaboración, como pizza, a veces la pedimos por teléfono y otras hacemos pizzas rápidas con pan de molde cada uno a su gusto. En otras ocasiones sacamos quesos de untar de diferentes sabores con palitos de pan, que a Guille le vuelven loco. E incluso hacemos perritos calientes con salchichas frescas como las de Campofrío que son las preferidas de Valeria, con cebollita crujiente por encima ¡riquísimas!.
Pasar tiempo juntos
El caso es estar todos juntos sobre la alfombra en el suelo del salón, como si estuviéramos de picnic, y viendo alguna película de nuestras favoritas. Para nosotros como padres, que pasamos todo el día trabajando y ellos en el colegio, es un tiempo de calidad que no queremos perder de ninguna manera. Llevamos haciendo este ritual desde que sólo teníamos a Dani y esperamos que dure mucho tiempo más.
No sabéis la rabia que me da cuando me dicen: -Mami, hoy es viernes, ¿hacemos picnic en el salón?-. Y yo ese día tengo que irme de guardia… Me da una pena horrorosa, de verdad, es uno de los momentos más tristes de mi maternidad. Ellos lo comprenden, pero a mí se me queda un mal cuerpo… seguro que muchas me entenderéis.
Disfrutar de los nuestros
Por eso intento disfrutar de cada uno de estos días que me da la vida, no se cuánto tiempo más durará. Mi hijo mayor, dentro de bien poco, empezará a querer salir con los amigos en vez de quedarse de picnic en casa, y sus hermanos les seguirán ¡qué remedio, es ley de vida! Así que no pienso perderme ni uno solo de los días que pueda disfrutar de la crianza de mis hijos y mi tiempo, tanto en casa como fuera con ellos.
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