7 razones por las que los niños no quieren irse a la cama y qué hacer

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Los niños a veces tienen la visión de que cuando están confinados en su cama, suceden cosas mágicas en el resto de la casa. Mientras están acostados, escuchan las voces de las personas, la televisión y los sonidos de la actividad en la casa. Algo los convence de que realmente necesitan descubrir qué está sucediendo, ya que parece que se están perdiendo algo maravilloso.

Mantener la casa tranquila una vez que nuestro hijo se ha ido a la cama, intentado hacer el menos ruido posible hasta que se duerma, puede evitar que nuestro pequeño curioso salga de la cama para ver qué se está perdiendo.

5. Tiene miedo de algo.

La oscuridad, monstruos acechando debajo de la cama, el troll en el armario, los sonidos de los perros ladrando fuera, o el ruido de un camión que pasa. Debido a su inteligencia emergente y su imaginación activa, es posible que surjan los temores.

6. Carece de una rutina para acostarse.

Ya os he comentado en publicaciones anteriores (bueno, lo admitiré… repetidamente) la importancia de una rutina para casi todo en los niños. Si tu pequeño se resiste a ir a la cama, una “buena” rutina para dormir es una que sea confiable y predecible. Una “gran” rutina a la hora de acostarse es aquella que nuestro hijo espera cada noche y de la que participa voluntariamente (leyendo un cuento antes de dormir, contándole una historia…).

7. Quiere estar contigo.

La noche oscura, tranquila y solitaria es un momento en el que a menudo surge la ansiedad de separación. Los niños quieren estar con las personas que más quieren y con quienes se sienten seguros. Si tienen que elegir entre estar con su familia o estar solos, casi todos los niños pequeños elegirán compañía.

La solución a la mayoría de las batallas antes de acostarse.

Los padres de hoy tenemos horarios exigentes y hacemos malabares con el trabajo, la casa, las extraescolares, los deberes… durante todo el día. Hay mucho que hacer, y nunca el tiempo suficiente para hacerlo. La rutina a la hora de acostarse a menudo se incluye como una “cosa más que hacer” después de la cual podemos continuar con otra tarea más en nuestra lista de tareas pendientes que nunca termina.

Vamos a intentar cambiar nosotros… vamos a proponernos una nueva forma de ver la rutina de la hora de acostarse de nuestro hijo como una oportunidad maravillosa para crear un ritual nocturno de conexión silenciosa y unión. Algo así como una cuenta de ahorro forzado: una poquito de tiempo diario, al margen de nuestro ajetreado día, para que podamos disfrutar de la maternidad/paternidad y construir la base de una relación cercana de por vida. ¿Qué tal si lo miramos de esta manera?

En pocas palabras, debemos preparar a nuestro hijo para irse a la cama cada noche. El tiempo tenemos que emplearlo de una manera u otra. ¿Prefieres que sea un tiempo pacífico y enriquecedor, o apresurado y estresante? Somos nosotros, los adultos, los que tenemos el poder de establecer el tono de cada noche, así que ¿por qué no elegir una rutina agradable? Nosotros lo disfrutaremos más y nuestro hijo se resistirá menos a la hora de acostarse.

Stock Photos from Rehan Qureshi/Shutterstock


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