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La diabetes tipo 1, también conocida como diabetes juvenil o infantil, es una condición en la cual el páncreas produce poca o ninguna insulina, que es la hormona necesaria para ayudar a procesar el azúcar en energía. Generalmente ocurre durante la niñez o la adolescencia, pero también se da en adultos.
Es la segunda enfermedad crónica más frecuente en niños menores de 15 años, que afecta a unos 30.000 niños en España y las estadísticas sugieren un incremento anual del 3%.
Actualmente no existe una cura para la diabetes tipo 1, aunque existe mucha investigación activa sobre ella, pero se puede vivir perfectamente con ella y llevar una vida casi normal. Con una educación y un tratamiento adecuados, las personas con diabetes tipo 1 pueden llevar una vida larga y sana.
La genética es uno de los factores que predispone a padecer este tipo de diabetes. Así que si tienes antecedentes en la familia, es importante que conozcas los síntomas para poder vigilarlos tanto en ti, como en tus hijos.
Síntomas de la Diabetes tipo 1
Los síntomas pueden aparecer rápidamente o pueden ir progresando y empeorando con el tiempo. Algunos síntomas comunes incluyen:
- Aumento de la sed
- Micción frecuente
- Los niños que ya no mojaban la cama, pueden empezar a hacerlo de nuevo
- Hambre extrema
- Pérdida de peso
- Irritabilidad y cambios de humor
- Cansancio
- Debilidad
- Visión borrosa
- En las mujeres, una infección vaginal persistente o recurrente.
Si tú o tus hijos tenéis varios de estos síntomas, debes visitar a tu médico y comentárselo.
Causas de la Diabetes tipo 1
No se conoce la causa exacta de la diabetes tipo 1, aunque se cree que la genética puede desempeñar un papel principal. La exposición a ciertos factores ambientales, por ejemplo, los virus, también puede ser la causa. En la mayoría de las personas con diabetes tipo 1, su propio sistema inmunológico ataca las células del páncreas que producen insulina.
Diagnóstico
Si crees que tu hijo muestra algunos de los síntomas de la diabetes y visitas a su pediatra, le realizarán varias pruebas para determinar si padece la enfermedad o hay algo más que cause los síntomas.
La mejor manera de diagnosticar la diabetes, ya sea tipo 1 o tipo 2, es con un análisis de sangre para determinar la cantidad de azúcar en sangre.
Si el nivel de azúcar en la sangre de tu hijo es alto, se le harán el resto de pruebas adicionales para ayudar a determinar en qué momento de la enfermedad se encuentra y el mejor tratamiento para él.
Complicaciones crónicas
La diabetes tipo 1 puede afectar a casi todos los órganos del cuerpo. El grado de afectación de los mismos depende de cómo se controle la enfermedad. Esto significa que se deben controlar los niveles de azúcar en la sangre y administrar la insulina según las indicaciones del médico. Algunas complicaciones comunes incluyen:
- Enfermedades cardíacas y de los vasos sanguíneos. Las personas con diabetes tienen un riesgo muy alto de padecer una enfermedad cardiovascular (CVD) y cerebrovascular. Si existen antecedentes familiares, el riesgo es aún mayor.
- Neuropatía. Los niveles excesivos de glucosa en la sangre pueden dañar los diminutos vasos sanguíneos que suministran sangre a los nervios. Esto causa entumecimiento y hormigueo y ocurre con más frecuencia en los pies y las piernas.
- Enfermedad renal crónica. Por la misma razón que se produce daño a los nervios, puede ocurrir daño a los riñones. Cuando los vasos sanguíneos que suministran sangre a los riñones se dañan, estos dejan de funcionar, lo que provocará una insuficiencia renal.
- Enfermedad de los ojos y de la retina. La diabetes puede afectar los pequeños vasos sanguíneos de la retina pueden dañarse, lo que puede provocar ceguera.
El tratamiento para la diabetes tipo 1 incluye tomar insulina según lo prescrito por el médico, controles regulares de azúcar, una dieta saludable y ejercicio regular. Existen diferentes tipos de insulina y diferentes formas de administrarla, el médico de tu hijo determinará las dosis que debe suministrarse.
¿Tienes algún caso de diabetes tipo 1 en casa? ¿Sabes qué síntomas buscar en tu hijo?
