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Esta receta de galletas de colores es ideal para hacer durante el finde, en días festivos e incluso alguna tarde de las que no sabemos como entretenerlos.
Nosotros las hicimos a medio día con la Thermomix y por la tarde teníamos unas riquísimas funfetti cookies para tomarlas con un gran vaso de leche o una horchata de Chufa de las que hacemos en mi tierra, que por cierto, en breve os pondré la receta.
Son facilísimas y veréis cómo les gustan y qué bien lo pasan haciéndolas. Si tenéis todos los ingredientes separados de antemano para que ellos puedan colaborar podéis pasar una tarde súper divertida. Además, no me digáis que no quedan monísimas para un cumpleaños o cualquier fiesta.
¿Qué necesitamos para hacer las Funfetti Cookies?
Ingredientes para unas 50 galletas:
- 380 g de Harina
- 330 g de Azúcar
- 300 g de Mantequilla a temperatura ambiente
- 1 cucharadita de postre de sal
- 2 Huevos
- 1 cucharadita de postre de levadura
- 1 cucharadita de postre de esencia de vainilla
- Fideos de colores
¿Cómo hacemos las Galletas de Confeti?
- Precalentamos el horno a 180º y preparar la bandeja con papel de hornear.
- Empezamos mezclando el azúcar y la mantequilla con el robot de cocina que tengamos en casa o a mano con unas varillas hasta que la masa sea cremosa. Añadimos los huevos y la esencia de vainilla, y seguimos batiendo para que se integren bien todos los ingredientes.
- Añadimos la harina poco a poco (previamente tamizada con la sal y la levadura).
- Ahora agregamos los fideos de colores, mezclamos bien para que queden repartidos por toda la masa.
- Vamos formando pequeñas montañitas con dos cucharas sobre el papel de hornear, dejando un espacio para que no se peguen cuando crezcan (no os preocupéis si parecen un poco “churro”, al hornearse se expanden y se quedan redonditas).
- Horneamos durante 11 minutos. Sacamos del horno y dejamos enfriar sobre una rejilla.
OJO: cuando las saquéis del horno parecerán muy blandas y crudas, pero no os preocupéis, se endurecerán al enfriarse, si os pasáis de horneado, se quedan durísimas y os valdrán de arma arrojadiza pero no para comer; así que no dudéis si las veis blandas.