La fiebre en niños

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Aun recuerdo la primera vez que mi hijo mayor tuvo uno de sus episodios de fiebre alta, casi me dan los siete males del Universo porque empezó a ver arañas por la pared y seguidamente a convulsionar. Os aseguro que da igual ser enfermera y tener todos los conocimientos sanitarios del mundo… ¡quería morirme en ese mismo instante! ¿Qué hay más importante que la salud de nuestros hijos?

Gracias a Dios no morí… y actué como tenía que hacerlo, pero muchas veces desconocemos cómo tenemos que actuar ante la fiebre, cuándo tenemos que llevar al niño al pediatra, a urgencias, o simplemente esperar en casa a que remita. Os voy a dejar algunos consejos como madre y como enfermera sobre la fiebre que seguro os tranquilizarán y os harán ver la fiebre de una manera muy diferente.


 

¿Qué es la fiebre?

 

Es cuando la temperatura del cuerpo sube por encima de 38ºC (temperatura rectal o timpánica) o, 37,5ºC (temperatura en axila o frente).

Aunque hay muchas razones por las que puede haber un aumento de la temperatura en los niños, la causa más frecuente son las infecciones.

Debemos tener en cuenta que la fiebre no es una enfermedad, es simplemente un síntoma que nos indica que algo está pasando dentro del cuerpo, como ocurre cuando los peques tienen diarrea, mocos, tos… todos estos síntomas son los mecanismos que tiene el cuerpo para deshacerse de los virus y bacterias que nos atacan en determinados momentos.

Para que los virus y las bacterias puedan multiplicarse y seguir acechando por nuestro organismo, deben tener unas condiciones, entre otras cosas, una temperatura fresquita (alrededor de 37ºC); por esta razón nuestro organismo hace aumentar su temperatura, para evitar que puedan seguir creciendo e invadiendo nuestro cuerpo, y además, el aumento de la temperatura hace que se active el mecanismo que genera más glóbulos blancos y anticuerpos, que son los encargados de luchar contra las infecciones.

¡Ah! ¡Que la fiebre es nuestro aliado en esta lucha! Pues sí, lo primero que debemos comprender es que la fiebre es necesaria y bajarla demasiado pronto solo ayudará a que sigan proliferando y campando a sus anchas los virus y las bacterias por el cuerpo de nuestros fieras.

 

¿Cuándo debemos bajar la fiebre?

 

Básicamente nunca… a ver, no es realmente eso, pero volvamos a la parte en que os he contado que la fiebre NO ES UNA ENFERMEDAD, ¿lo recordáis? y por tanto si no es una enfermedad, NO PUEDE TRATARSE. Lo que hacemos con los antitérmicos o las medidas físicas para bajar la fiebre, es tratar el malestar que conlleva esa lucha interior, pero no queremos eliminar la fiebre como si de Darth Vader se tratara.

Si nuestro hijo tiene 38,3ºC pero está como una rosa jugando o sentadito en el sillón viendo la tele, lo mejor es no darle nada de nada, procuraremos que no lleve mucha ropa ni ponerle mantas, para no aumentar más su temperatura, pero lo dejaremos en paz a él y a su organismo que en ese momento está en plena batalla contra las fuerzas del mal imperiales.

Si por el contrario, el niño tiene dolor de cabeza, malestar, vómitos… ese es el momento de darle su dosis de paracetamol, es el momento de tratar el malestar, pero independientemente de si tiene fiebre o no; el indicativo para darle algo es el malestar, no la temperatura corporal alta.

Cuando el niño tiene fiebre por encima de 39ºC empezará a encontrarse mal, a apagarse, tener tiritonas, dolores musculares… en este momento es cuando debemos actuar, pero ya le habremos dado tiempo al organismo a crear sus defensas y habremos impedido que los virus y bacterias crezcan y campen a sus anchas.

Termómetro Inteligente Oblumi tapp

Por si os puede servir de ayuda, nosotros tenemos el termómetro por infrarrojos Oblumi Tapp, con el que se pueden registrar todas las temperaturas que le vamos tomando al niño e incluso la dosis de antitérmico que le hemos dado, podéis verlo en este post.

 

¿Cómo bajamos la fiebre?

 

Hay dos tipos de métodos que seguro conocéis porque os las habrá explicado el pediatra o vuestro médico.

Las medidas físicas

– Es súper importante darle agua al niño desde que comienza todo el proceso, evitará que se deshidrate.

Retirar el exceso de ropa (la de veces que he visto niños con fiebre alta y 23 capas de ropa encima más las mantas de felpa) Cuanto más fresquito mejor; si es un bebé podéis dejarlo con el pañal en verano y, en invierno con el body o la ropa interior.

Baño de agua TIBIA, ¡por el amor de Dios! No se mete al niño (ni a nadie) en una bañera de agua fría NUNCA. Se ponen dos palmos de agua tibia en la bañera, se mete al niño, se le deja caer agua tibia (más tirando a caliente que fría) por el cuerpo y se le saca rápidamente. No dejamos al niño dentro del agua 10 minutos, es una cosa rápida.

Los medicamentos

– Lo ideal, cuando tienen más de 39ºC, es empezar con el Paracetamol, básicamente porque tiene menos efectos secundarios que el Ibuprofeno. Se les puede dar cada 4-6 horas y siempre teniendo en cuenta los kilos del niño, vuestro pediatra os habrá dado la dosis que debe tomar el niño y además, en el prospecto también viene especificado.

Yo no soy muy partidaria de alternar Paracetamol e Ibuprofeno. Se que hay pediatras que lo hacen y otros que no, en mi caso, lo que mejor me ha funcionado siempre es darles el Paracetamol dentro del tiempo estimado y ayudar con las medidas físicas, pero es algo que debéis hablar con vuestro pediatra.

El antitérmico ayuda a bajar la temperatura corporal pero no es el Sputnik; el proceso lleva su tiempo, y si pasados 20 minutos el niño sigue con fiebre, no hay que alterarse, debemos darle tiempo al medicamento a hacer su trabajo, y tenemos que recordar que NO QUEREMOS ERRADICAR LA FIEBRE, lo que pretendemos es bajarla para mejorara el bienestar del niño, pero nuestro cuerpo sigue luchando y la temperatura elevada es nuestra aliada en esta guerra, no lo olvidemos.

 

¿Cuándo hay que llevar al niño al pediatra?

 

– Si la fiebre se da en un bebé de menos de 6 meses.

– Fiebre prolongada en el tiempo. Más de 24 horas seguidas en niños de menos de 2 años y en mayores, si la fiebre dura más de 3 días.

– No quiere comer ni beber.

– Manchas, granos, eccemas que no estaban ahí antes.

– SIEMPRE que tengáis dudas, el pediatra esta para eso, no dudéis en acudir a él.

 

¿Cuándo hay que llevar al niño a urgencias?

 

– Si nuestro hijo tiene fiebre y padece alguna enfermedad crónica.

– Más de 40ºC que no remite.

– Cuando están aletargados o no pueden mantenerse despiertos.

– Si tienen dificultad para respirar.

– Cuando tienen convulsiones. Como os he comentado al principio, mi hijo mayor padecía de ellas y la verdad es que fue una época malísima.

– Si les duele el cuello y les cuesta flexionarlo.

– Petequias. Son unas manchas rojas en la piel que no desaparecen al estirar la piel de la zona.

De todos modos, todos estos síntomas son al margen de la fiebre, quiero decir, que si mi hijo no tiene fiebre pero le salen manchas rojas tipo petequias, lo llevaré a urgencias de todos modos.

Es muy complicado decidir cuando ir o no al pediatra y al servicio de urgencias, siempre he dicho que hay que hacerlo cuando piensen que tienes que hacerlo. Si vas y al final no ha sido nada, pues simplemente has perdido un rato de tu tiempo, pero te quedarás más tranquila y verás la fiebre con otra perspectiva.

Os recuerdo, LA FIEBRE ES NUESTRA AMIGA

FOTO: https://www.shutterstock.com/


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