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¿Alguna vez te has sentado a pensar cuánto ha cambiado tu vida desde que te convertiste en madre (o padre)?
Miro a mis tres hijos y pienso en cómo verán la vida algún día, no van a recordar todo lo que les digo, pero espero que recuerden las lecciones que les enseño día a día, mostrándoselo con mi propia vida.
Lo que quiero que mis hijos aprendan de mí
Quiero que sepan que pueden hacer cualquier cosa, no solo porque yo se lo digo, sino porque se lo muestro. Quiero ser un ejemplo de crecimiento personal continuo, de amor hacia los demás y de tener el corazón bueno. Un ejemplo de alguien que luchó por sus sueños, en lugar de simplemente hablar de ellos.
Quiero que me vean tratar bien mi cuerpo, pero también que sepan que la belleza es mucho más profunda, que mi autoestima nunca se ha visto condicionada por mi aspecto. Quiero que vean que una madre tiene confianza y sabe que es digna de ser quien es, porque quiero que crezcan teniendo confianza y sabiendo que son dignos de que los amen.
Ser madre y ser un modelo a seguir
Quiero que conozcan una madre que es capaz de ver lo bueno en otras personas, incluso cuando no lo ven ellos mismos, para que también puedan ser esa persona para los demás.
Una vez leí que la mayor influencia en la vida de uno es la persona que te cría, generalmente, los padres. Lo que es una importante responsabilidad y un gran privilegio. Tener estos tres hijos que seguirán mis pasos, que confían en mi criterio, me imitan y que quieren ser como yo algún día, me hace querer ser mejor para ellos. La mejor versión de mí misma posible. Porque ellos se lo merecen.
¿De qué maneras estás siendo un modelo positivo para tus hijos? ¿Qué puedes comprometerte a mejorar?
Foto portada: Rosana Teruel